El universo en un latido

En el lienzo del tiempo, amor eterno,
se dibuja un camino, un sendero tierno,
donde cada paso es un verso fraterno,
y cada suspiro, un cielo inverno.

El enamoramiento, dulce melodía,
que en el alma resuena día tras día,
es la canción que al corazón guía,
y en su dulce compás, la vida confía.

Como río que fluye sin cesar,
así es el amor, imposible de aprisionar,
con aguas de pasión que saben abrazar,
y en su cauce profundo, todo transformar.

El enamoramiento, ese mágico estado,
donde todo parece haberse alineado,
es el universo conspirando, enamorado,
para que dos almas se hayan encontrado.

Y en este baile de emociones sin fin,
donde el amor es el único camino a seguir,
nos dejamos llevar, sin más resistir,
por la corriente que nos invita a sentir.

El enamoramiento, esa chispa divina,
que en el pecho enciende y determina,
la ruta de dos vidas que se afina,
y en su perfecta armonía, se ilumina.

Que este sentimiento nunca se apague,
que como estrella en el cielo, siempre arda,
pues en el calor de este amor que embriaga,
encontramos la razón, la paz que nos aguarda.

Así, en cada amanecer, en cada ocaso,
se renueva la promesa, el fuerte lazo,
donde el enamoramiento, en su claro trazo,
nos dibuja un futuro, un cálido abrazo.

Que siga fluyendo este amor sincero,
que en el jardín del afecto, es el primero,
y en cada palabra, en cada te quiero,
se renueva el milagro, el amor verdadero.