Esta temporada, el Athletic ha continuado con su tradición de promover jugadores de su cantera, lo que no solo mantiene viva la cultura y la identidad del club, sino que también inspira a una nueva generación de aficionados. La confianza en los jóvenes talentos ha resultado en un fútbol vibrante y dinámico, caracterizado por la energía y la creatividad.
En el plano táctico, el entrenador ha implementado un sistema flexible que se adapta a las fortalezas de su plantilla. La defensa, sólida y disciplinada, junto con un mediocampo que combina habilidad y tenacidad, ha permitido al Athletic competir con firmeza contra equipos de mayor envergadura.
El ataque del equipo ha sido oportunista, aprovechando cada ocasión para desafiar a las defensas contrarias. La combinación de velocidad, técnica y una notable capacidad de finalización ha convertido al Athletic en un adversario formidable, capaz de sorprender a cualquier rival.
El papel del Athletic esta temporada también se extiende fuera del terreno de juego. El club ha mantenido su compromiso con la comunidad, reforzando la conexión entre el equipo y sus seguidores. Esta relación simbiótica ha creado un ambiente en San Mamés que impulsa al equipo a superarse en cada partido.